La operación

Este año mi vida como tejedora ha sido complicada. Mi antiguo trabajo era bastante exigente físicamente y he tenido varias lesiones durante el año.

Primero fue el hombro, con los dos meses de rehabilitación que me llevó, pero lo mejor quedó para el final.

Terminando la rehabilitación, empecé a notar que me fallaba un dedo de la mano derecha. Pensé que sería una tendinitis común y corriente, y empecé a tomar algo de ibuprofeno y ponerme hielo. Sin embargo la cosa no mejoró y mi dedo anular permanecía encogido todo el día.

Acabé yendo al médico, donde me enteré de que se me había formado un quiste en el tendón y había que operarme para quitármelo.

Entenderéis lo muchísimo que me asusté, porque por mucho que el médico te diga que no es una operación complicada y que no hay apenas riesgo de que queden secuelas, oye, es tu mano derecha.

Encima, todo esto me pilló en mitad del Intercambio de Primavera, que conseguí acabar por los pelos después de la operación, con los puntos todavía dando la lata y a escondidillas del Frikimarido, que estaba muy preocupado.

Por suerte, no ha habido secuelas de ningún tipo, la recuperación ha sido fácil y mi mano es la que era sin complicaciones. De hecho, ni siquiera tengo una cicatriz visible, me recomendaron un cirujano maravilloso que me hizo el corte en una de las líneas de la mano y no se ve en absoluto.

Está claro que este año no he ganado para sustos verdad???